Por Oscar Sánchez
Zacatlán de las Manzanas, Pue.-A cada paso el cuerpo resiente el ejercicio. Como si se tratara de cada día del año, cada escalón que se recorre significa un esfuerzo extra, sólo que aquí ese esfuerzo se ve recompensado con un mágico paisaje, con una brisa refrescante y el sonido del agua cayendo.
El cuerpo se queda sin aliento mientras recorre los 365 escalones cuesta abajo, pero también se queda sin respiración al irse adentrando a la Cascada Tuliman, un gran sistema de caídas de agua en medio de un bosque pintoresco con rutas escarpadas y senderos.
La brisa acompañada por miles de gotas de agua que se desprenden de la cascada que cae de 350 metros y se divide en tres cuerpos, golpea el rostro y el cuerpo en una liberación de sentimientos.
A11 kilómetros del Pueblo Mágico de Zacatlán de las Manzanas (Puebla), la reserva ecológica se convirtió a base de esfuerzo y tesón de ejidatarios locales, en un gran centro turístico de aventura que lo mismo ofrece rappel, tirolesa, senderismo, tiro con arco o simplemente rutas para ejercitarse en medio de cañadas.
En al menos dos zonas de esparcimientos, permiten valorar cascadas, poza de agua mineral y dos Ríos serpenteadas por veredas y aderezadas con cuatro tirolesas, un cable de tensión y un puente colgante.
Por supuesto la cereza en el pastel es el “papalotl”, un árbol que tiene un hueco en uno de sus costados provocado por algún fenómeno desconocido con una dimensión de 60 centímetros y cinco metros de altura.
En su interior pueden entrar de 12 a 15 personas que sentirán en su cuerpo los latidos de un árbol vivo que cien cientos de años de existencia.
Sin embargo, los centros recreativos de la zona permiten realizar diversas actividades ecoturísticas como tirolesa, escalada en árbol, tiro con arco, caminata, senderismo, nadar en los manantiales de aguas minerales que poseen propiedades medicinales.